Son muchas las mujeres que formaron parte de la historia militar española. La mayor parte anónimas, mujeres desconocidas, pero de un arrojo y valor fuera de lo común. Entre las más relevantes destacan nombres como el de Ana María de Soto y Alhama (1775-1833), primera mujer que, disfrazada de hombre, se alista en la Infantería de Marina española en 1793. Conocida en su tiempo como la soldado estanquera, Ana María era natural de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera. Embarca en la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, y en la Santa Dorotea, y participa en los ataques de Bañuls, en la defensa de Rosas y en la batalla del cabo de San Vicente que supone la derrota española contra los ingleses el 14 de febrero de 1797. A bordo de la fragata Matilde participa en la defensa de Cádiz contra la escuadra inglesa y en las lanchas cañoneras organizadas por el general de marina José Mazarredo. Descubierta su verdadera naturaleza, en 1799 se le concede licencia de estanco en la localidad cordobesa de Montilla, donde vivirá hasta su muerte, acaecida el 4 de diciembre de 1833.
Otra figura especialmente destacada es la de María Josefa Ugarte y Domingo-Arnau, una de las primeras mujeres piloto de la postguerra. Su pasión por la aviación la llevó a realizar el curso de piloto en la Escuela del Aeroclub de Madrid, obteniendo su título de Piloto Aviador nº 907, el 19 de noviembre de 1947. Fue también una de las primeras mujeres auxiliares de vuelo españolas, ingresando en la aerolínea Iberia en 1946 hasta 1951, año en que contrae matrimonio con quien sería general auditor del Cuerpo Jurídico del Aire, Francisco Loustau Ferrán.
Por último, y para conmemorar el 450 aniversario de la batalla de Lepanto que celebramos este año 2021, hemos de destacar la presencia, entre las tropas españolas de la Santa Liga, de la conocida como María la Bailaora. Las noticias que de ella conservamos se recogen en las distintas crónicas de la batalla, entre las que destaca la Relación del Progreso de la Armada de la Santa Liga, escrita por el soldado Marco Antonio Arroyo. En ella se la describe como enormemente valerosa y diestra en el manejo del arcabuz y combatiendo bajo el mando del granadino Lope de Figueroa. Después de la batalla parece que pudo continuar en la unidad, cobrando su salario y siendo reconocida su valía por el mismísimo don Juan de Austria.
Selección de fondos
Imagen 1. Retrato imaginario de Ana María de Soto y Alhama. Amparo Alepuz, 2018. Acuarela y acrílico. 100 x 70 cm. Museo Naval de San Fernando, Cádiz.
Imagen 2. Tarjeta de Piloto Aviador de Turismo, perteneciente a María Josefa Ugarte. 19 de noviembre de 1947. Piel y papel. 12,4 x 8,2 cm. Museo de Aeronáutica y Astronáutica. N.º inv. MAA-3668.
Imagen 3. Arcabuz español de mecha, 1500. Madera y metal. 138,5 x 27 cm. Museo del Ejército, Toledo. N.º inv. MUE-4575.