Los antecedentes más remotos datan de 1843 cuando apareció por primera vez en la legislación española una norma que regulaba las bibliotecas militares (Decreto de 15 de octubre). Se contemplaba la creación de las llamadas Bibliotecas Militares en las catorce capitales de Distrito, una de las cuales correspondía a las Islas Canarias con ubicación en Santa Cruz de Tenerife.
Su creación oficial data de diciembre de 1932, tras la creación del Servicio de Bibliotecas Divisionarias Militares, una de ellas en la Comandancia Militar de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. En 1934 se publicó el Reglamento Provisional para el Servicio de las Bibliotecas Divisionarias Militares. En él se fijaban los órganos de gobierno, los criterios de acceso, la manera de formar los catálogos y ficheros, los recuentos anuales y la regulación de préstamo.
En 1941 el Reglamento para Régimen y Servicio de las Bibliotecas Militares que sustituyó al anterior. Finalmente, en 2008, se publicó el vigente Reglamento de Bibliotecas de Defensa y esta biblioteca se integró en la entonces creada Red de Bibliotecas de Defensa.