El castillo actual fue levantado en el siglo XIX sobre el antiguo reducto del siglo XVII, Consta de dos cuerpos unidos por el muro en que se abre la puerta de acceso. Fue proyectado por el capitán de Ingenieros José de Ramón Carbonell.
El cuerpo situado a la izquierda sirvió de alojamiento y guarnición; el otro, compuesto de cinco bóvedas, alojaba piezas de artillería. El fortín conserva una capilla con pintura mural y un brocal de pozo de una sola pieza octogonal de piedra comunicado con un aljibe.
A principios del siglo XX el edificio dejó de prestar servicios, quedando desguarnecido hasta 1958, en que pasó a ser polvorín. Abandonado en 1975, en 1983 se concluyó su restauración y acondicionamiento como museo, que fue inaugurado el día 5 de octubre de 1984. En 1997 fue declarado Bien de Interés Cultural por la Secretaría de Estado de Cultura.