Constituye en sí mismo una defensa, cuyo perímetro se adapta a la escarpada topografía del terreno. Su construcción se inició en el siglo XVI, tomando su configuración actual a finales del siglo XVIII.
Construido como baluarte defensivo, fue subiendo en altura hasta conseguir la misma cota del cerro del Cubo y como respuesta por el fuego, al principal ataque en contra de la ciudad. Se empleó como almacén de pólvora, prisión, gabinete de meteorología, viviendas de gente humilde, etc., hasta su adaptación en 1953 como museo municipal.
Cedido el baluarte en 1997, por la Ciudad Autónoma a la «Comandancia General de Melilla», abre sus puertas el día 15 de julio de 1997, con motivo de la muestra «V Centenario de Historia Militar», al celebrar Melilla, su quinto centenario de existencia española