La historia del Museo se encuentra indisolublemente unida a la del castillo y a la figura del “Desnarigado”.
La historia de “El Desnarigado”
Cuenta la historia, que bien podría ser leyenda, que fue un pirata berberisco el que dio nombre a la cala y al castillo en ella ubicado. El mencionado corsario, sería un esclavo condenado en las minas del Rif. A estos esclavos se les practicaba un profundo corte en el apéndice nasal a fin de ser reconocidos en caso de fuga. A pesar de tan salvaje medida, el protagonista de esta historia consiguió huir con un grupo de seguidores y alcanzar la costa, apoderándose de tres embarcaciones que les permitieron ejercer la piratería en el Estrecho de Gibraltar. Así lo recoge Julio Contreras en su libro de 1998.
La primera referencia histórica a esta narración la encontramos en el libro Historia de la ciudad de Ceuta (1417), del historiador portugués Jerónimo de Mascarenhas. Siete años más tarde, en 1424, el citado historiador vuelve a hacer referencia al valeroso corsario en el relato de otro enfrentamiento con tres fustas piratas. En esta ocasión, Mascarenhas cuenta que en el combate murieron más de sesenta corsarios. Se cree que uno de ellos pudo ser “el Desnarigado”, puesto que su nombre no volverá a aparecer en ninguna de las sucesivas narraciones relacionadas con los encuentros marítimos entre ceutíes y berberiscos.
Origen y evolución histórica del castillo
Los orígenes del castillo se remontan a la torre vigía que fue testigo del desembarco en la cala del pirata “desnarigado” y de su enfrentamiento con los portugueses allí asentados. Posteriormente, la cala cayó en el olvido hasta que a finales del siglo XVII, el gobernador de Ceuta, Francisco Bernardo Barona, ordenó allí la construcción de una fortificación para protegerse de los graves enfrentamientos civiles que se sucedían en el país vecino, debido a la belicosidad del proclamado sultán de Marruecos Mulay Ismaíl, así como a las pérdidas de las plazas de la Mámora española en 1681, la Tánger Inglesa en 1684, el Larache español en 1689 y la Arcila portuguesa en 1691. La construcción del nuevo fortín será finalizada por su sucesor en el cargo, Sebastián González de Andía-Irarrázabal y Enríquez de Toledo, III marqués de Valparaíso.
La edificación consistió en una sencilla torre de planta semicircular con cinco piezas de artillería de avancarga de ánima lisa sobre cureñas de batalla. Sobre los restos de la misma se levantó el actual castillo, proyectado en 1864 por el capitán del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, José de Ramón Carbonel. Las obras de construcción se llevaron a cabo durante el periodo comprendido entre 1866 y 1878, consiguiendo transformar la pequeña torre semicircular del siglo XVII en una formidable batería capaz de asentar 18 cañones. Se sabe que a partir de la segunda década del siglo XX el castillo fue utilizado como polvorín, manteniendo esta función hasta 1975, año en el que se abandonó por completo.
El castillo consta de dos cuerpos de planta arriñonada unidos por un muro, en el que se abre la puerta de acceso. El cuerpo situado a la izquierda sirvió de alojamiento a la guarnición y el de la derecha, compuesto por cinco bóvedas, alojó los cañones de artillería. La entrada está protegida por dos torreones de 6 metros de altura, coronados por almenas y con cinco aspilleras para fusilería. Entre estos dos cuerpos se sitúa la plaza de armas.
El 22 de octubre de 1997 el castillo del Desnarigado fue declarado Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico español.
El Museo Histórico Militar de Ceuta
En 1983, gracias al impulso del comandante Julio Contreras Gómez, se inician los trabajos de reconstrucción y acondicionamiento de la fortaleza para transformarla en Museo Histórico Militar. El Museo se inaugurará un año después, en 1984.
En 2021, el Museo ha inaugurado una sala dedicada a la sanidad militar. El espacio, ubicado en el antiguo dormitorio de los sargentos de la batería de costa, expone material médico y quirúrgico de finales del siglo XIX y recrea un quirófano militar de mediados del siglo XX.